Y hoy en nuestra serie de cosas que todo el mundo sabe, pero a veces todo el mundo olvida hablaremos de los problemas, y no me refiero a los que reparten en los centros educativos, si no a los que te van llegando aunque digas que no estas matriculado en eso de la vida.
Todo el mundo tiene sus propios problemas, tan parecidos en la superficie como diferentes en el interior. A fin de cuentas un mismo problema afecta de forma diferente a cada persona, ya que aunque le ocurra lo mismo a dos o mas personas cada una de ellas tiene un bagaje propio y personal diferente al del resto en muchos casos, tan cierto como que a cada uno de ellos les ha ido pasando diferentes cosas desde que nacen hasta que llegan a donde están. Por esa misma razón cada uno debe encontrar su forma de resolverlos y aprender a cambiar las cosas que le rodean.
La gente te puede dar consejos o anécdotas ante situaciones similares, pero hay que tener en cuenta que nunca serán exactamente tu caso. Y aunque te puedes inspirar en el conocimiento de otros antes de plagiar nada ten en cuenta como son ellos y como eres tu, aplica el principio de acción-reacción, cruza los dedos y adelante. No te queda otra para avanzar sin llevar peso en la espalda.
Y es que fin de cuentas y como ya deberías haberte dado cuenta al final estas solo contra tus problemas; puede llegar el día en que te das cuenta de lo rápido que transita la vida, entonces dando un paso hacia atrás puedes enfocar todo lo que tienes delante, porque a veces hace falta ese paso, pero no hay que olvidar que luego tienes que volver hacia adelante y enfrentarte a las cosas.